domingo, 23 de febrero de 2025

Tiempos Modernos

 Artículo publicado en el periódico Ideal, febrero de 2025

La capacidad del ser humano para sorprender es semejante a su

capacidad para repetirse.



Esta circunstancia hizo pensar a muchos en la circularidad de la

historia: democracias, autocracias y períodos intermedios de caos,

retornan y vuelven como una montaña rusa. Se cree que estamos en lo

más alto y la Bolsa se derrumba, aunque sea por 24 horas.

¿Se puede repetir la historia o estamos ante un caso de memoria

fallida?

La doctrina del eterno retorno y la teoría política de Aristóteles hacen

pensar que tras la monarquía viene la oligarquía seguida inevitablemente

por las democracias y vuelta a empezar.

Hacer siempre lo mismo como los animales de cada especie es un flash

estereotipado de ese cansancio de lo circular.

En el Egipto antiguo no tenían sentido del tiempo. La vida de las élites

se nutría de las entrañas de la muerte que también era bastante estable, a

juzgar por los túmulos y pirámides en torno a los cuales giraba la vida.

El sentido de la historia tiene que ver en grado muy elevado con el

sentido de la culpa y del perdón.

La culpa se asemeja a una enfermedad mental de tipo obsesivo que

equivocadamente Freud atribuye a la cultura judeocristiana. El círculo

delito /pena/ reincidencia más pena, recuerda el castigo de Sísifo.

Sentirse culpable de verdad-no de postureo- es propio de los humanos.

Los animales, si rectifican, es por la necesidad de una fuerza contraria

superior, casi mecánica.

La culpa en un contexto meramente humano, es el resultado del

balance de cuentas de todo negocio.

Benjamín Franklin, de formación puritana, aunque dentro de la

perspectiva ilustrada, apuntaba sus fallos en una pequeña libreta que

siempre llevaba consigo.

El judaísmo introduce el sentido lineal de la historia y de la vida

cotidiana, una línea recta, dinámica qué avanza, aunque se quiebre por

caídas y revueltas, pero sigue siempre delante de modo que esa recta

aparece quebrada, progresiva y creciente.

Esa historia que comienza siendo espiritual y moral se amplia en la

cultura laica del progreso ilustrado.

Repetir la historia tiene que ver con el metabolismo y la animalidad que

es la caldera desde la que se da el salto hacia la libertad.


Ese salto empieza cuando te crees con firmeza que puedes cambiar y

mejorar.

Si se dan todo tipo de dificultades, se ponen trabas al desarrollo

humano de la juventud, no se está pensando en trabas sólo económicas

sino en orientaciones y tendencias destructivas. Son las multinacionales

y sus filiales, los estados que sólo piensan en incrementar el poder

adquisitivo de sus ciudadanos para que puedan comprar y consumir

retrayéndoles su diezmo de impuestos: comprar para consumir, consumir

para seguir comprando.

Los estados y sus padrinos, los magnates y sus multinacionales, son

muy responsables de crear un marco social de instintos y deseos

satisfechos, un marco circular que no puede ser franqueado sin perder el

aire vital.

Los estados combaten las drogas, el sexo y el supremacismo, pero se

alimentan de sus propios venenos.

Internet empieza a enseñar los dientes porque sin una tutela eficaz,

castra a niños y jóvenes que aprenden rápido el placer letal de caer y no

levantarse: La familia resulta una montaña de difícil escalo.

No es cuestión de presupuesto, tampoco de volver a una tradición,

muchas veces inventada. No es cuestión de prohibir sino de formar el

carácter que algunas leyes del Gran Hermano consideran represivas.

Mientras se prefiera la Naturaleza a la Historia, seguiremos dando

vueltas sin la menor idea de lo que es progresar o trabajar que es lo

mismo.

Expectativas

 Artículo publicado el el periódico Ideal, enero de 2025

La expectativa es una forma de esperanza que se apoya en lo que se ve

como anticipación deseada de lo que no se ve.

Así de Trump sabemos ya muchas cosas. Las más ocultas en la gente

común: el deseo de poder, el sexo, la del dinero y la capacidad de arrastre

o gancho, la imprevisibilidad es a ojos vista escandalosa, pero no porque

escandalice a nadie sino porque quien los posee los considera buenos en

sí mismos, auténticos. Su estilo no es el fariseísmo, la timidez o la falsa

modestia. Es un animal primario y de algún modo supone una vuelta a la

naturaleza, a la acción directa y a la ausencia de complicaciones

burocráticas.

¿Es demócrata? A los demócratas les parece que no. La democracia de

Trump es la democracia fundacional de Estados Unidos, que no es tanto

el liberalismo de dejar hacer dejar pasar sino de apropiarse de todo lo que

esté a mano por el método de la iniciativa empresarial.

No se detiene ante problemas como el coste social de la producción.

No está contaminado por las ideologías europeas que constituyeron la

Europa de la unión U.E. No olvidemos que en América no se dio la

Revolución Francesa. Más bien la rebelión del puritanismo contra el

anglicanismo.

El puritanismo escocés que en Franklin nos dejó un modelo de piedad

laica e innovación creativa, nunca fue revolucionario sino independentista

y conquistador.

Parece mentira que los americanos hicieron en el Lejano Oeste, algo

parecido a lo que hicieron los españoles en el resto del continente.

La diferencia está en que ellos no tenían las Leyes de Indias y trataban

a los indios como animales. Una paradoja: los ilustrados que crearon

Estados Unidos, no siguieron el programa de igualdad y fraternidad que

rezaban en las logias.

Los españoles consiguieron mestizaje.

Hernán Cortés más político que conquistador, modelo de conquista

inteligente. Pone a los indios a la cabeza de las aldeas y del gobierno.

Ahora vuelve la América profunda.

Tras las elecciones, parece como si el reloj del mundo se hubiera

detenido, haciendo una pausa. Todas las cosas importantes o están

resolviéndose o se mueven en la esfera de las expectativas.


Observen que el programa informal que ha dejado caer el presidente

electo es un programa de desarrollo geopolítico, lleno recomendaciones,

pero en el que no se incluye explícitamente, ninguna guerra.

Como ya hizo en su primer mandato, su trato con Putín era de

competencia deportiva y hasta de amistad. Con China como también con

Europa, la subida de aranceles creará tensiones.

A Europa le pide el incremento del presupuesto militar, nada menos

que un 5% a la vez, cruje su economía con la subida de aranceles. Se

supone que, además las compras de armas, beneficiará a los Estados

Unidos.

Europa está amedrentada por el Este y por el Oeste, por el Norte y por

el Sur, pero no tendrá más remedio que “seguir la corriente” a Trump.

Un asunto que se ha resuelto con el empujón tanto de Biden como de

Trump, es la situación de Oriente Medio y de la que Trump recogerá los

beneficios.

Turquía por el Norte e Israel por el Sur, han dado la vuelta a la situación

con un coste humano de dimensiones bíblicas. La NATO por arriba, Israel

por abajo, el destino de los palestinos ya no depende de ellos mismos.

Irán calla porque se han desmantelado sus bases nucleares.

Rusia por su parte, mientras entierra norcoreanos, tiene la expectativa

de ganar territorios y acabar con la guerra.

Tal vez piense que Trump, su amigo arreglará esa ambición de

recuperar la Rusia eterna.

Dios bendiga a América.

Homo artefactor

 Artículo publicado en el periódico Ideal, enero 2025

Una cascada de buenas noticias, inunda los titulares de los medios.

Son fulgurantes descubrimientos, hazañas de la ciencia, de la ingeniería y

la astronáutica, de la bioquímica, la genética y la biomecánica. La

inteligencia artificial (IA)



La sensación del hombre de la calle es de un gran optimismo y de una

confianza sin límites en la ciencia que, tarde o temprano, resolverá todos

los secretos del universo, empezando por los que oculta nuestro cerebro,

una caja fuerte que encierra todos los misterios de nuestra identidad y de

nuestras enfermedades, los secretos de la vida y de la muerte.

Comte hace unos dos siglos, ya quiso organizar una “religión de la

Humanidad” como anticiparon poco antes los revolucionarios franceses,

precisamente en Notre Dame.

Un siglo después, la religión de la humanidad y de la diosa razón anda

floja, pero aparece en perspectiva una religión del Homo artefactor.

Esta nueva especie de la evolución humana, cuyo mayor salto

cualitativo lo dio el nacimiento de la industria y de la tecnología, surge

quizá, hace unos dos millones de años. Tuvo su punto de inflexión con el

homo habilis y sus instrumentos.

Más tarde el gran invento, la físico-matemática que ha hecho posible el

dominio de la naturaleza y el advenimiento de los primeros modelos del

Homo artefactor.

La filosofía, la ciencia de la curiosidad absoluta, noticia de todo lo

humano y lo divino según un fragmento pitagórico: ¿Cómo afronta estas

realidades desde su observatorio que ya hoy nos permite ver el mundo

desde la estratosfera?

La idea de que la ciencia y la tecnología tienen como fin específico el

conseguir el mayor bienestar para los humanos, aparece con Bacon en el

siglo XVI y poco después con Descartes. Esas profecías laicas se han

cumplido en los países occidentales y en los demás virtualmente.

Para que surja una religión del artefacto es necesario el desarrollo de la

tecno-poética porque la poesía es el saber de las posibilidades y

lógicamente la suma de todas posibilidades, la simbolizan los dioses

olímpicos como reza Homero.

La poesía de cualquier tipo debe llegar al infinito y asentarse en él, no

le es lícito descender a la materialización de los sueños porque el sueño-

el soñar despierto- es el mundo de los descubrimientos.


Se anuncia otro enjambre de satélites de comunicación (e información)

que nos permitirá una cobertura global e instantánea, puede haber

aerotaxis Málaga-Granada, los chinos empiezan a comercializar un tren-

bala que alcanza los 450 Kms. Hora. El Alzheimer es una solidificación de

las proteínas del cerebro y de ahí su pérdida de vitalidad, y lo último: la IA

comprará nuestras decisiones “antes de que nosotros las hayamos

tomado”.

Nadie debe asustarse porque la IA prevea todo lo previsible pero no lo

imprevisible.

No podemos atemorizar con lo imprevisible porque la religión del

artefacto no admite lo imprevisible.

La religión natural siempre nació del miedo y de la curiosidad. Se temió

al rayo hasta que se le domesticó.

Quedan aún muchas cosas: las guerras, las cárceles, la desigualdad,

las catástrofes naturales que mientras llega la solución se llevan millones

de vidas humanas, las hambrunas y la mala leche que se vende por

buena.

El progreso y el bienestar se mide por estadísticas, lo macro y lo micro

son sectores parciales de la realidad. Las asambleas, los Estados

mayores, las grandes planificaciones en su magnificencia, no tienen

tiempo para cada uno de nosotros, pobres humanos. Mueren cientos de

miles en Ucrania y quince mil niños en Gaza, pero esas cifras no son más

que cifras sobre el papel. No son soldados o niños de verdad.

Sólo Un Niño se acuerda de cada uno de nosotros y siempre.