Artículo publicado en Noviembre de 2017 en el periódico Ideal
Los nacionalistas moderados ocupan los cargos
representativos en el actual proceso independentista. Sus decisiones están
mediadas por las exigencias de la CUP que son y han sido siempre “sin patria”. La cabecera de la burguesía catalana,
necesiten el apoyo de quienes echaron a perder la II República.
Es fácil deducir que se trata de
un pacto coyuntural
Lo que Marx denominaba,
“lumpen proletariado” y que, hoy como ayer, no cuentan socialmente, son los
indigentes y mendigos, los refugiados e inmigrantes sin papeles.
Aunque
el último escalón social es ocupado por ellos, su representatividad es nula,
son invisibles. Lo único que esperan es adquirir un trabajo en lo que sea.
Pero en la jerarquía sociopolítica plenamente representativa,
el lugar más bajo de la sociedad lo representa simbólicamente, Podemos.
Mediáticamente y en las universidades ocupa Podemos un lugar privilegiado. Esta confederación de mareas-por
ahora- está formada por dos segmentos
fundamentales: los “ni-ni” y los trabajadores precarios y mal pagados y los que
no alcanzan al aprobado para poder solicitar beca.
Dada la política de nivelación de la enseñanza en los últimos
decenios, gran número de sus componentes son universitarios, licenciados y
profesores interinos de todas las escalas. Sumemos los investigadores, algunos
brillantes, que difícilmente llegan a “mileuristas”.
La igualación por abajo, ha llegado a una degradación del
nivel de calidad que reflejan las encuestas. Basta comparar el trabajado y
brillante discurso de Rajoy en el Senado, con cualquier otro de la misma
sesión.
En resumen la, en otro tiempo, clase trabajadora y
revolucionaria no son ahora mendigos sino que tienen móvil y tarjeta de
crédito.
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En la sesión del pasado martes en el Parlament, la
percepción subjetiva que se podía captar era de mesura aunque muy rica en
contenidos y “argumentarios”, de los representantes constitucionalistas. Tampoco Podemos y la CUP
se excedieron ya que eran conscientes de que estaban desnudos ante los mass
media comunicación de todo el mundo.
Hay que reconocer que la sesión en un asunto capital,
reflejaba una fuerte “vis cómica”- No sólo porque el President suspendió lo que
no había proclamado sino que además la CUP forzó a los diputados independentistas a firmar-quieras
que no- una Declaración de independencia sin votación previa y con caras
largas-
Esa comicidad que todos los comentadores han detectado no es
una burla el Estado sino más bien, en la línea de un “quiero y no puedo”.
Esta percepción, tal vez no acertada, nos hace pensar en un
sentimiento de profunda debilidad del proceso de independencia.
Dejando en suspenso las medidas extremas que puede emplear
legítimamente el Estado, permitan que les confiese que una independencia sobre
el papel y que ni cuente con una
hacienda propia-ya controlada por España- tuene un problema en la
economía familiar de los responsables. La dudosa posibilidad de cobrar la
nómina del presente mes.
Es muy simple la solución o a mí me lo parece:, la Deuda pública
catalana que sólo tiene como fiador, al
Estado español, la fuga de empresas, la evidente minoría del Governy otros muchos
déficits que todos conocen, hacen pensar en la cantidad de inteligencia, habilidades
imaginación que se han agotado en una tarea imposible.
¿Cómo cabe pensar que tanto talento haya saltado por encima
de la realidad fáctica hacia un romántico paraíso en la tierra?
No se duda de los nobles sentimientos que embargan a muchos nacionalistas
pero ¿No meditaron en los graves daños, tal vez irreversibles- a la cohesión
social de una sociedad dividida en buenos y malos, leales y traidores?
En la comparecencia de Mariano Rajoy, este miércoles queda
manifiesto el talante gallego del Presidente y la difícil situación en la que
colocado a Puigdemont.
¿Ha declarado V. la independencia o no?
Entre personas adultas es
inconcebible este tipo de esgrima florentino.
Sólo se explica si ambas partes están entre la espada y la
pared. Puigdemont tiene la amenaza de la CUP, Rajoy la voz de la mayoría de la
población, de la patronal y de las
cancillerías europeas que le piden una solución inmediata.
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Rajoy por primera vez a
mencionado el artículo 155 de la Constitución que supone la sus pensión
de la autonomía siguiendo la tesis de Rivera. A la vez Pedro Sánchez no ha
tenido más remedio que integrarse en el bloque constitucionalista presionado
por sus barones y por la naturaleza de las cosas.
Esta inversión de la situación desde “todos contra Rajoy” a
“todos con Rajoy” indica muy bien la naturaleza de la política. Ante la
necesidad, los deseos y ambiciones personales abren paso a la coalición.
A un precio interesante: La reforma de la Constitución y la
puesta en marcha del artículo 155.
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