sábado, 8 de agosto de 2020

Transhumano, menos humano

 Artículo publicado en el periódico Ideal, agosto 2020

¿Por qué la gente se siente feliz con los medios técnicos y con el

mantenimiento permanente de una intensa comunicación?

Tiene que ver con la sensación de poder.

Los avances técnicos crecientes comportan como consecuencia inmediata, la reducción de las limitaciones de espacio y de tiempo.

Con un simple clic sin necesidad de moverme del sillón se puede abrir /cerrar la puerta del garaje o hacer estallar un explosivo.  

 Cuando se ambicionan cargos u honores es porque conllevan un poder que extiende  nuestra vida más allá de lo ordinario, hacia campos en donde se pueden hacer más  cosas que las que puede el hombre de la calle: hacer leyes, desarrollar planes urbanísticos, regular la vida de los demás, etc. El reconocimiento público y los honores nos certifican que somos valiosos y más valiosos que los demás, que son los que nos han reconocido.    Factores que favorecen la motivación laboral · La retribución ...

Todas esas ventajas que no tiene la mayoría de la gente, incrementan nuestro ego, la confianza en nosotros mismos y podemos mirar a los demás  “desde lo alto” (con altanería)

La sensación de poder es una forma de elevar la conciencia del vivir. Vivimos más intensamente si podemos viajar a Tailandia o a los cotos de caza de Zimbawe. En los momentos del éxtasis nuestras facultades funcionan a todo vapor. ¿Cómo no sentirse felices?

La necesidad psicológica de comunicación puede llenarse con ventaja porque esa comunicación que es más bien, un “contactar”,  carece de los compromisos de la verdadera amistad. Si alguien nos resulta pesado, se borra de la agenda  y se cambia por otro.

  Es cierto que no siempre se trata de simples “sensaciones” como ocurre con el alcohol y la droga sino que realmente la tecnología nos proporciona más poder y  por tanto más vida, más horizontes.

Todo ello con la conciencia de autonomía, de autorrealización: que  poco dinero podemos tener el mundo a la mano.

Claro que para aquellos que ocupan espacios de poder, los medios no sólo dan la sensación de tener el mundo a la mano sino que lo tienen de hecho. 

  En el mundo virtual todo es más fácil. Se eliminan las contradicciones, el esfuerzo, el sudor de la frente, etc.

Si todo este mundo de facilidad es un mundo de felicidad ¿quién puede objetar? ¿Qué puede decir la moral y la ética de esta gigantesca construcción que parece producir la felicidad de todos?

El primer intento de sacar partido teórico de la nueva situación del mundo virtual, ha dado de sí ideologías como el transhumanismo.

El transhumanismo es la conciencia de la transformación de la humanidad por la inteligencia artificial.

Transhumanismo como ideología de poder - Profesionales por el Bien ...


Casi todos presentan ese cambio radical de la humanidad como un destino inevitable.

La tecnología y la medicina son capaces de mejorar nuestro potencial cognitivo, dominar nuestros estados de ánimo,  tal vez revertir el envejecimiento y un largo etc. de posibilidades en el paraíso digital.   

  Se desprende de estos planteamientos que no estamos contentos con nosotros mismos y que la evolución de la especie la delegamos en la tecnología.

No queremos afrontar las exigencias de nuestra libertad personal porque no creemos en ella y hemos acabado en esta situación a fuerza de no ejercer nuestra libertad.

No tenemos conciencia de que podemos ser felices por nosotros mismos, entrenándonos en la virtud de hacer felices a los demás. Con clic o sin clic

 

 

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