sábado, 1 de junio de 2024

El actor en escena

 Artículo publicado en el periódico Ideal, junio 2024

Convencido de que este país es un enfermo sentimental, Pedro, con

la frialdad de quien maneja los tiempos, se ha inventado un curioso

protocolo: comunica al Rey que se lo va a pensar, se hunde en la

meditación, vuelve a informar al Rey de lo que ha decidido y por último

difunde un comunicado en los medios que no se va y que todo será como

antes, pero con una gran fuerza moral.

Es fácil entender que en el desenvolvimiento de este protocolo hay un

componente escénico importante. No es fruto de su retiro, sino una de

tantas estrategias de supervivencia según reza su propio manual.



Ese paseíllo de la Moncloa a la Zarzuela y viceversa, tiene la función de

crear un estado psicológico de alarma semejante al que forzó durante la

pandemia, teniendo al país en vilo ante una decisión transcendental. Y

vuelta a lo mismo, como si los cinco días no hubieran existido.

Es jugar con el Rey, con la prensa, con los ciudadanos, tenidos

también por sentimentales y banales.

Pero Sánchez dirige la orquestina y los músicos palmean

convincentemente, aunque los instrumentos no suenan, porque los

ministros no están en sus despachos sino en la sede esperando con

ansiedad que decide el líder, de cuya decisión dependen sus nóminas.

“No vale la pena seguir en medio del fango”-dice, pero en la realidad el

héroe sigue en medio del fango para abanderar una campaña de

regeneración moral.

“Feijoo es el único español que no quiere ser Presidente del Gobierno”

Y soltó una carcajada con tantos matices, que merece un análisis

psicológico de expertos.

Ya sabemos que Sánchez sí quiere serlo, pero a cualquier precio. Lo ha

dicho él mismo y lo evidencia a diario.

Tras el asalto al cielo, como Sísifo, vuelve al suelo a desenredar el

nudo gordiano que él mismo ha anudado y que tal vez como Alejandro,

corte a golpe de sable.

El laberinto que ha construido no tiene fácil arreglo porque los

crucigramas y laberintos, si son buenos, están hechos para que no los

resuelva el más listo del lugar.

Así, por ejemplo, las frecuentes giras para alcanzar el favor de los

gobernantes occidentales, no le han servido ni para propaganda puesto

que le han ignorado, salvo la felicitación de Hamas.


Los medios occidentales, tanto de USA como de Europa, no le dicen

nada bonito y tiene asegurada la inquina judía como la de Irán y Argelia

por su cambio, nunca explicado, de la política española en el Sahara.

¿Cómo manejará la amnistía?

En el tema del constitucionalismo, Sánchez tiene que amnistiar para

continuar. Para el manejo de la imagen y las formas, empleará todo tipo

de interpretaciones que los palmeros de turno aplaudirán como

“jurídicamente impecables”.

Quedan los jueces y periodistas. Queda el giro conservador en Europa,

quedan las elecciones norteamericanas, queda el paro y la Deuda, apenas

camufladas, queda Rusia de la que al parecer somos enemigos.

Desde el punto de vista del socialismo que recurre al populismo como

último recurso para salvar los muebles, “los expertos” como Tezanos

deben saber sobradamente que no estamos ya en el siglo XIX y que ya no

hay, gracias a Dios, obreros hambrientos y explotados minados por la

tuberculosis.

A pesar del retroceso de las dos últimas crisis económicas, el signo de

nuestro tiempo es: el móvil, la tarjeta de crédito, el coche eléctrico y el

patín.

El socialismo tradicional carece de masas como vimos en las últimas

manifestaciones.

Ofende, sin embargo, a nuestro honor e inteligencia que nos tomen por

tontos.

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