sábado, 1 de junio de 2024

LAS LEYES DE LA POLARIZACIÓN

 Artículo publicado en l periódico Ideal, junio 2024

La inercia, la atracción y repulsión y la acción-reacción, son leyes de la

mecánica de Newton que, salvando el principio del libre albedrío, a veces,

parecen atravesar los acontecimientos.

Existen sociólogos como Luhman que dicen sentir al analizar un

conflicto bélico que están ante un complejo de reacciones químicas. El

libre albedrío personal no está en juego, pero en ciertas situaciones los

individuos ven como los acontecimientos les desbordan. No hace falta

irse a las guerras sino en el contexto económico, la oferta y la demanda

escapan del control del individuo medio e incluso del Estado

Es frecuente que cuando el mercado salta de sus límites, un sector

quiere intervenir el mercado y esto en direcciones contrapuestas, pero

con un denominador común.




Unos quieren suprimir el mercado, otros regularlo, intervenirlo. No sólo

por razones ideológicas, a modo de prejuicio sino porque si no hay oferta

de un producto, los precios suben. También suben si hay exceso de

demanda.

El individuo en su pequeño mundo puede evitar, aunque no siempre,

los efectos perversos de estos cambios mediante el ahorro, el control de

gastos e inversiones, etc.

La macroeconomía no la controlan ni los individuos ni el Estado. Hoy

en día, los Estados tienen en las multinacionales, la medida de su zapato.

¿Cómo nacen y se desarrollan la extrema derecha y la extrema

izquierda?

Ambos polos, positivo y negativo. Ambos se repelen porque lo esencial

de su configuración no es el par derecha-izquierda sino el denominador

común, extremosidad.

Los extremos nacen, en mi opinión, del colapso del Estado. Esta

situación desencadena la aparición de blancos, rojos o azules.

El vacío de poder y la impotencia del Estado, da lugar al estado fallido,

cuyo espacio lo ocupan las bandas de pandilleros o de mafias. También

se puede decir que al vacío de poder le sucede irremisiblemente el caos.

El caos político-social es invivible y los individuos sólo pueden

defenderse a sí mismos o agruparse con otras familias afines, con la

intención de restaurar el orden.

Ejemplos de estos movimientos los tenemos en Sudamérica y África,

desgraciadamente. Haití, un caso “de libro”.


En estas situaciones, la negociación o el pacto son muy difíciles y los

restauradores del orden tienen prisa. No creen que quepa otra solución

que la acción directa, sin mediaciones

La acción directa es otro rasgo común a los polos extremos.

Pero ¿Por qué los polos son dos y no múltiples y por qué si son

múltiples suele acabar el enfrentamiento, entre dos polos, difícilmente

reconciliables?

Los extremos se demonizan mutuamente o algo igualmente peligroso,

monopolizan la verdad absoluta de su causa y demonizan al otro sin

restricciones.

De un modo análogo a lo que ocurre en las pandillas, el individuo

queda preso en el espacio que le asignan estas leyes. Acaba en defensa

propia o de su familia, a adaptarse o entrar en la “resistencia”.

¿Cómo evitar la polarización?

Aparentemente los individuos como tales no son responsables y sólo

padecen los hechos de gran alcance histórico, social, económico.

Pueden, sin embargo, calibrar que la vida es buena y la muerte, mala.

En esto no cabe duda y evitar en lo posible las causas de la polarización.

El estado es un valor que protege la vida y es peor su vacío.

Promover la vida en todas sus dimensiones, repudiar la guerra, vetar la

acción directa, saltándose las formalidades constitucionales que son el

colchón que aleja la polarización.

Desconfiar de las ideologías que tienden a pensar que la fuerza

resuelve lo que la inteligencia no pudo resolver.

Y arreglar lo próximo, antes que lo lejano.

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