Artículo publicado en el periódico Ideal de Granada, 13 de julio de 2018
Desde el punto de vista del ciudadano corriente, los dos
últimos años han sido notorias las anomalías climáticas en todo el mundo. El
verano de 2017, en Granada, llegó hasta Noviembre en forma de otoño primaveral.
El invierno ha sido tan largo, con sus más y sus menos, que
todavía hoy, no hemos llegado a los
habituales 40º en Julio. No había caído tanta agua, viento y granizo en
décadas. La temporada de esquí, en Sierra Nevada, ha sido por ello abundante en
nieves y esquiadores.
La Cumbre del clima al que asistieron prácticamente
representantes de todos los países del Mundo, acabó con el abandono del
Presidente Trump dejando cariacontecidos a tantos países. Cabe preguntarse si
esto del calentamiento global y del cambio climático va en serio o tiene
alcances más limitados de lo que las informaciones sensacionalistas hacen temer.
Este asunto se ve además contaminado por la ideología, la
política y los intereses económicos, especialmente los de Rusia, Estados Unidos
y China los estados con más emisiones de CO2 y los más reacios a
colaborar con medidas eficaces para enfriar el planeta.
La izquierda es naturalmente partidaria de la hipótesis y
atribuye al factor humano la responsabilidad del calentamiento global. La
derecha, escéptica o interesada, pone reparos. Así tenemos un motivo más de
etiquetar a los conservadores de oscurantistas, enemigos del progreso o un
largo etcétera usual desde finales del siglo XVIII en la época de la Asamblea
Nacional Francesa, en donde se inventaron los conceptos de izquierda y derecha.
proclives en retornar: los terrores
del milenio, los mil años de Joachim di Fiori, la peste negra, etc.
Y a todo esto, ¿qué piensan los científicos que son los que
saben?
Hay división de opiniones.
Todo aquello que hace relación con el planeta azul,
incluyendo el clima, la política y las cotizaciones en Bolsa, forman parte de
un sistema complejo y caótico, términos que no vale tomar a la ligera porque
son de base matemática y universalmente aceptados.
Nuestro planeta, el sistema solar, la galaxia, los agujeros
negros, etc. forman un todo en donde cualquier parte está conectada con las
demás. Todo tiene relación con todo. Los elementos componentes están, de tal manera
conectados, que parecen “solidarios”.
La Tierra es el único ser vivo que se auto-recicla y
transforma sus excedentes aprovechándolos como otros elementos asumibles.
Un sistema complejo es aquel que está formado por gran
número de elementos, tantos que deben ser procesados no por matemáticas
lineales sino por métodos que trabajan con grandes números. El ejemplo más
cercano es el aire atmosférico con billones y billones de moléculas que ni
siquiera nuestros computadores,controlan totalmente.
¿Por qué cambia el clima?
El clima es, él mismo, cambio.
Los registros geológicos
nos revelan que hubo épocas con más gas carbónico que ahora, con más desertización
y con menos biodiversidad que en el presente.
Todo converge en un fin común que los habitantes de este
planeta podamos respirar, vivir y dedicarnos a pintar la Capilla Sixtina o a
escribir novelas brillantes o insoportables.
¿Qué factores determinan el cambio climático? Demasiados.
Enumeremos algunos. La radiación solar, el estado del
espectro magnético, una coraza que nos protege del sol, el desplazamiento de
los polos unos cuantos kilómetros, las corrientes marinas, la masa oceánica, la
fotosíntesis, el efecto fotoeléctrico y muchas cosas más que como es de prever nunca podremos domesticar.
“E ppur si muove”
que dicen que dijo Galileo cuando le negaban lo que para él y para nosotros,
era evidente.
Con este marco tan intrincado, en la práctica, conocemos
causas evidentes para ciertos efectos evidentes que, a mi parecer son de
importancia para la salud humana y que no responden a un mecanismo apocalíptico
de fin de los tiempos sino al sentido común.
Hablamos de los combustibles minerales, petróleo y
derivados.
El transporte, las calefacciones y refrigeraciones, aquellos
que hacen posible que las fábricas funcionen, los plásticos, tan cómodos y tan peligrosos,
etc.
Si subimos a Sierra
Nevada, es evidente la famosa “boina” sobre Granada, una ciudad menos contaminada
que otras. Madrid, Barcelona, Bilbao, Roma.
Esa contaminación ambiental es posible mejorarla con grandes inversiones.
Entonces entran en juego, la economía, los puestos de trabajo, la
sostenibilidad de grandes polos industriales.
Es posible que una estrategia para convencer a la opinión
pública de una buena conciencia ecológica, caiga en los horrores del Apocalipsis
y el milenarismo pero es obvio que algo hay que hacer para rebajar la
contaminación en la línea de las energías renovables, eólica, solar, etc. pero
todos saben que son más caras. Ahí ya
tiene su papel, la prudencia política y la orientación positiva de la
opinión que en los países desarrollados ha tenido bastante éxito.
Nadie espere que, a corto plazo, rebajaremos la temperatura
del planeta o que se detenga el deshielo 2, también crecerá.
de los polos. Un consuelo: Si la masa
oceánica crece su capacidad de absorción del CO
En un sistema que se auto-regula, el equilibrio está
garantizado.
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