jueves, 19 de septiembre de 2013

Modelo matemático de una coliflor

(Artículo publicado en el periódico ideal de Granada, 18-09-2013)


Una leyenda que, como tantas, se atribuye a Pitágoras, cuenta el origen de la filosofía de una forma muy cercana a las aficiones de los niños y no tan niños. Procedente de las estrellas, por tanto un extraterrestre, descendió a la Tierra y desde la altura empezó a observar todo lo que ocurría aquí abajo. Se interesaba por las múltiples actividades de los humanos: los abogados, los médicos, los historiadores, etc. y con ello estableció lo que debía ser la finalidad del filósofo: el conocimiento de todo lo divino y lo humano. Por cierto que este cuento, los romanos lo aplicaban a la definición del Derecho.


Este es el caso: un equipo de investigadores de la Universidad Carlos III, la UCM, el CSIC, la Católica de Lovaina, etc,. ha conseguido la fórmula matemática de la coliflor. Se dice pronto.

A primera vista no se ve claro por  qué pueda interesar al lector esta investigación. A mi me interesa muchísimo y les explicaré los motivos.
Desde hace algún tiempo, ando buscando en la matemática los fundamentos de la filosofía, porque estoy convencido que el Cosmos físico, en el cual se inscribe nuestro propio cuerpo, es una obra de ingeniería que precisa un modelo matemático previo.
Hay muchos pensadores modernos que así lo afirmaron, especialmente Leibniz pero hasta que Frege no comprendió que el lenguaje humano establece una cadena entre las intenciones y las cosas de la naturaleza, no se abrió el paso, la idea de que sin matemáticas no funciona nada.
Todo tiene su fórmula y algunos pretenden incluso que las guerras o los conflictos económicos se pueden expresar como si fueran reacciones químicas con sus correspondientes fórmulas matemáticas (estadísticas)

A todo esto ¿Qué pinta la coliflor?
Es un poco flatulenta por lo demás su valor económico en el mercado no es despreciable. Pero ¿Qué tiene que ver la coliflor con la geometría y a mayor abundancia, con la filosofía?
Si la coliflor tiene una fórmula, también la tendrán las rosas, las estrellas y las gaviotas. Habrá que añadir una infinita serie de realidades humanas sean estáticas o en movimiento y como decían los antiguos, saber la fórmula es dominar la cosa que se atiene a ella.
Si sé que el bicarbonato sódico (NaHCO3) tiene tres volúmenes de Oxígeno, uno de Carbono, otro de Sodio, y un último de Hidrógeno, podré producir bicarbonato para ahogar los ardores del mundo entero. Me refiero al subdesarrollado que no alcanza para  antiácidos a base de aluminio. 

Saber es dominar según los sabios principios de las agencias de inteligencia.
Mi interés no es ni económico ni el de investigación secreta. Se trata de devolver a la matemática su papel central en el ámbito de la filosofía.Los modelos matemáticos, en este caso peregrino, el de la coliflor, no surgen de la huerta como sí lo hacen las coliflores, No hay ecuaciones colgando de los perales. ¿De dónde salen los modelos matemáticos que modelan todo lo que existe (o casi todo)?


La respuesta parece muy sencilla: De la mente humana. Esa respuesta tan obvia y patente ciega con su falsa luz. Las coliflores que cumplen obedientes, las reglas de su modelo, existen desde hace millones de años y la mente humana es muy posterior. Había coliflores, había modelos matemáticos y no había ningún ser humano. ¿Qué me cuenta….?
Me encanta romper los esquemas cuando éstos se distribuyen como elixires de eterna juventud. Para romper esquemas hay que hacerlos constantemente y ver cuando se caen y cuando se sostienen. En este caso la conjetura nos lleva a  la evidencia de que la ciencia humana y el sentido común, están más cerca de lo que pudiera parecer y que el realismo ingenuo no lo es tanto.
La lógica no tiene que ver con el mundo dice Wittgenstein, pero la coliflor viene en defensa de la lógica y del mundo. Nada hay que no tenga su fórmula.
De los infinitos mundos, matemáticamente posibles, uno de ellos se ha materializado y gracias a él, vivimos y morimos. ¿Cómo y por qué se ha efectuado esa “operación”?

En matemáticas no hay casualidades aunque sí dificultades para establecer la causa. Es fácil decir que a partir de un punto de energía, ha surgido misteriosamente, en trece mil millones de años, las estrellas los planetas, las exactas medidas de la Tierra, que nos permiten sobrevivir y al final, llegaron los cerebros y con ellos, el Partenón, el Renacimiento, las geometrías curvas y Strawinsky. Es fácil decirlo pero no pensarlo.
Mucha burocracia se sostiene en estas creencias tan fáciles y no es por azar.
¿Por qué empeñarse en decir que la ciencia y la religión son como la luz y la oscuridad cuando confluyen en lo mismo?


En vez de la manzana de Newton, ponga una coliflor en su vida y piense, sin prejuicios, quién la inventó.