sábado, 31 de octubre de 2020

La audiencia inevitable

 Artículo publicado por el periódico Ideal, octubre 2020



En una situación global grave, dentro de la que España va a la cabeza, Pedro Sánchez  ha celebrado un encuentro con el Papa.

Cualquier observador inteligente. se da cuenta de que la audiencia viene precedida de un cruce recíproco de guiños entre ambas personalidades: La actitud comprensiva del Papa en cuestiones como las exhumaciones, la futura remodelación del Valle de los Caídos, la reciente entrevista de Francisco en que aconseja a los homosexuales una especie de contrato civil.

Por otra parte Pedro Sánchez, dentro de la marca izquierdosa de su logotipo, no ha generado todavía, conflictos puntuales con la Iglesia que tanto contribuyó a la transición desde los tiempos de Pablo VI y el Cardenal Tarancón.

Hay una buena agenda de proyectos de ley sobre eutanasia, educación, ideología de género, capellanías castrenses y asistencia religiosa en hospitales  y otros temas previsibles que están en su programa y que es de suponer que serán  materia de negociación.

Sánchez, sin duda, está al tanto de la situación religiosa en España. Ha tenido oportunidad de conocerla en directo en su paso por la Universidad de los agustinos del Escorial, su Curso en el IESE y el trato con los asesores y ministros que han sido educados en la Universidad jesuítica de Deusto.

Esta experiencia y el talante versátil de su política, su sensibilidad por la oportunidad y el corto plazo, su capacidad de aliarse con cualquiera por feos que sean sus antecedentes, hacen pensar que hubo una entrevista cordial en el Vaticano, pues el actual Papa es propicio a toda conciliación.

No hace falta ser un gran especialista en nuestra historia para  tener en cuenta que desde hace trece siglos, no se ha hecho en este país nada sin la referencia al catolicismo. Esta referencia en casos puntuales ha sido anticatólica con los resultados que todos sabemos.

El único argumento que esgrimía Franco para distinguirse del Eje alemán en la Segunda Guerra Mundial era en catolicismo y el anticomunismo. Gracias a esta vertiente de aquel Régimen, se superó el bloqueo internacional y los intentos de invasión de los “macquisard” hasta 1951.

Por otra parte, es bien cierto que la política anticlerical de la Segunda República a partir del bienio azañista, no le proporcionó ningún beneficio.

El clima  religioso en la actualidad carece del fariseísmo de otras épocas, en consecuencia la disminución de la práctica religiosa, especialmente en materia matrimonial, no es peor que en largos períodos progresistas del siglo XIX. Entonces se confiscaron todos los bienes de la Iglesia, se suprimieron las Órdenes Religiosas, se incendiaron templos y se mataron frailes. Poco después se firmó el Concordato de 1851. Y no hubo nada.



Una visión pragmática de la cuestión religiosa en nuestro país en donde en plena secularización, hay por lo menos un millón de asistentes a misa diaria, muestra no la presencia de un ghetto o de una secta sino de raíces milenarias que están perfectamente vivas y no embalsamadas.

El Gobierno de Pedro Sánchez no sólo es una coalición de imposibilidades sino víctima de sus propios errores, de su falta de credibilidad y de su incapacidad para afrontar un cataclismo como el que se nos ha venido encima.

En estas circunstancias, viajar al Vaticano o si se quiere a Lourdes, sólo puede ser entendido como una medida de prudencia.

Las guerras ideológicas

 Artículo publicado en el periódico Ideal, octubre 2020


En cualquier época en que nos situemos, en toda guerra hay un elemento de conciencia, de legitimación. Es esencial que el cristiano sepa distinguir lo importante, lo necesario, de lo menos importante y secundario, ordenando lo segundo en relación con lo primero.

El Cristianismo es de raíz  un proyecto de expansión de la fe y de la esperanza mediante el método principal de la caridad. Los aspectos humanos, el talento, la cultura, los grandes análisis e interpretaciones, el consejo de los científicos, todo eso es importante pero debe emplearse en función de lo principal.

Lo principal  consiste en que el destino del hombre en la tierra no está en quedarse en ella sino en entrar en la posesión de un reino perfecto que no es de este mundo.

Ese destino no es simplemente individual sino que es el destino solidario de toda la humanidad, la vida cristiana es apostólica por la caridad de Dios, que quiere que todos los hombres sean felices, que se salven.

Por la fe sabemos que la vida cristiana sólo es posible en el ejercicio de la libertad. Nadie se salva si no quiere, nadie salva a nadie a empujones, nadie adquiere las virtudes sin un trabajo libre, ayudado por la gracia.

Siempre se ha pensado en la necesidad de estrategias inteligentes para conseguir estos objetivos. Así en la Edad Media y parte de la Moderna, la guerra y la cruzada fueron en general preferidas a la negociación y a la paciencia. La consecuencia ha sido un tira y afloja entre unos y otros con el denominador común de que ambos bandos, cristianos y anticristianos creían firmemente en que la guerra y la confrontación, la persecución y la discriminación son las estrategias “razonables” para eliminar los conflictos mediante la eliminación del contrario.

En la actualidad, siglo XXI hay tres guerras ideológicas en las que la idea de liquidar al contrario por exterminio o por conversión se mantienen irreductibles:

 

1)   La guerra del poder temporal del laicismo contra el Cristianismo

2)   La guerra de la ciencia  que quiere ser absoluta contra la fe

3)   La guerra latente o manifiesta del Islam contra la fe cristiana.

 


Estas tres guerras  guardan entre sí un orden de importancia. La más importante es la propuesta transhumanista en sus diversas formas que incluyen el ecologismo profundo, la cyberideología, la inteligencia artificial, el posthumanismo y la posverdad que forman el nudo de la cuestión: la decisión del hombre sobre su naturaleza, tal como se expresa en la ideología de género.

En segundo lugar y legitimado por esa misma ideología, el poder temporal que prescinde totalmente del espíritu y que tiene como fin último conseguir la sociedad del bienestar sin Dios.

De una manera más descarada e históricamente permanente, el Islam radical y expansivo hace la guerra allí donde puede y le conviene, enfrentando la fe contra la fe. Se corresponde con la estructura medieval de su área cultural de origen.

Los cristianos, aunque estadísticamente, un tercio de la población mundial, en su mayoría-como ha ocurrido en todo tiempo-están sumidos en la modorra y la inercia absolutamente cegados hoy, por el espejismo de la sociedad del bienestar.

Para un cristiano, la sociedad del bienestar en sus justos límites,  forma parte del progreso en general, del bien temporal por el que se debe luchar para alcanzar una sociedad más feliz según la voluntad de Dios, expresada en:

El Decálogo en primer lugar donde aparece como elementos centrales, el culto a Dios, el amar a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a uno mismo. Y sigue: la familia, el respeto al cuerpo, la propiedad, la verdad.

El Evangelio  que propone virtudes cristianas que imitan a Jesucristo: el saberse pobre ante Dios, la mansedumbre, el hambre de santidad, la misericordia, la rectitud de intención y ausencia de doblez, el trabajar por la paz y la aceptación de la persecución por causa de la justicia, es decir de la santidad.

lunes, 12 de octubre de 2020

Del suicidio asistido a la muerte libre

 Artículo publicado por el periódico Ideal, octubre 2010


La eutanasia, como el aborto, la guerra  y como la misma pena de muerte, plantean el siguiente problema de fondo: ¿Puede el hombre individualmente o por la representación de sus instituciones asumir una decisión libre sobre la vida y la muerte?



En las Declaraciones históricas que enuncian y proclaman los Derechos del Hombre, se determinan libertades y posibilidades pero no se entra a definir el contenido semántico de esos derechos.

Se habla del derecho a la vida, a la propiedad o a la libertad e igualdad pero no se concreta su contenido: ¿Qué debemos entender por vida, familia, propiedad e igualdad?

A los padres Fundadores de la Constitución de los Estados Unidos no se les ocurrió la necesidad de definir esos conceptos porque actuaban según el más elemental sentido común.



El “desarrollo progresivo” de la civilización ha llevado a ir más allá de la libre decisión sobre los nombres, hasta la libre decisión sobre los significados de esos nombres.

Cualquier definición de cualquier diccionario puede ser puesta en cuestión.

¿Qué es vivir o qué es morir? ¡Vaya problema!

Si queremos tener seguridad jurídica sobre esos temas no hay más que un camino “¡Decidámoslo!”. Ya es hora de que la Humanidad se libere de tópicos e inercias y tome en su mano las riendas del propio destino.

Podemos tomar esa decisión metafísica de trocar las definiciones de los diccionarios en sus contrarios, el verdadero problema es si debemos.

Recordemos de paso, que a principios del siglo XX, André Bretón entendía el surrealismo como una revolución liberadora y años más tarde, el teatro del absurdo con Samuel Becket e Ionesco, hacían del absurdo un método demoledor, que era una manifestación de su anarquismo intelectual.

Pero veamos el destino a dónde nos lleva la libertad absoluta de decisión sobre estas cuestiones.

Si la vida es lo que la madre decide por vida, si la propiedad es lo que el okupa decide por propiedad, si el sexo es de libre decisión, si la justicia es lo que decida la política, si la sanidad es para los más útiles y carece de sentido para los ancianos, si la igualdad y la identidad depende de la libre decisión de cada uno y no de la aritmética, la conclusión no es cómo pudiera parecer, “un  casi absolutismo”, sino el absolutismo de la dictadura.

Porque la arbitrariedad es el caldo de cultivo de la dictadura.



El feto, el enfermo terminal, el anciano, el enfermo mental serán redefinidos por el estado o por el aparato de propaganda que convenza a cada uno de ellos sobre lo que son.

Esta ruta, que la sonrisa orwelliana del Gobierno, está recorriendo  y con gran rapidez, es una  máquina demoledora del Estado de Derecho, en donde los derechos se reconocen, no se deciden.

Todas aquellas paredes maestras del sistema: la Judicatura, las Cortes, el poder moderador de la Monarquía se encuentra a merced del arbitrio de una sola persona.

El Rey que es el poder moderador del Estado de Derecho, se encuentra sin poderes que moderar, siendo él mismo, moderado.

Lo que sea vida o muerte, lo que sea propiedad o libertad, lo decide, según Hegel, uno que en los antiguos Imperios asiáticos era el Emperador.

Porque los emperadores, tenían una alta idea de la libertad, la más alta: la que sólo ellos ejercen.

domingo, 4 de octubre de 2020

Mayoría social, minoría política

 Artículo publicado en el periódico Ideal, octubre 2020



La votación negativa que hubo de asumir el Gobierno con motivo de su pretendido propósito de confiscar los superávit de los Ayuntamientos, no es una cuestión baladí ni puede reducirse  al área municipal.

Los 193 diputados votaron contra el Real Decreto ya en vigor frente a 153 diputados de la Coalición.

Este insólito resultado permite un diagnóstico en profundidad de nuestra realidad socioeconómica.

En primer lugar, se nota que las cuestiones evidentemente esenciales, pasan por encima de las ideologías.

La pandemia,  pone a nuestra salud en la cuerda floja y hasta los más reacios, pueden llegar a reclamar la ayuda de los rastreadores de la UME.

Le sigue en importancia el dinero que hoy por hoy, sea en efectivo o en plástico, viene bien a todos los bolsillos sean de derechas o de izquierdas.

También es sabido y es comprensible que Podemos apoyó la convalidación del Decreto para no romper la Coalición, ya malherida.

El diagnóstico que cabe hacer en el marco sociológico y económico es que la estructura de España es conservadora, liberal y de derechas.

El espejismo de los grandes eventos secesionistas, único apoyo de Sánchez, pasan a un segundo término cuando aparecen dos factores simples: la salud y el dinero.

El PNV y los herederos de Convergencia son partidos conservadores y liberales. Tanto Esquerra como sus antípodas, Ciudadanos pertenecen a la pequeña burguesía y clase media baja.



Este trasfondo sociológico se corresponde en grandes líneas con los de la Derecha clásica, más o menos centrada.

Si recordamos la base histórica que apoya al independentismo, eso explica muchas cosas: los antecedentes directos del PNV es el carlismo histórico y su defensa de los Fueros desde las alteraciones de Aragón en tiempos de Felipe II y de su secretario, Antonio Pérez.

Cataluña, por otra parte, fue un área atravesada por el carlismo  durante el siglo XIX.

Este linaje histórico permite entender la pertinacia de estos independentismos.

El paso del carlismo vasco navarro al nacionalismo demócrata-cristiano del PNV, se desarrolla en el siglo XX, o antes, en torno a la Segunda República.

Los Fueros catalanes, bandera del carlismo, conservan de él, la defensa de su personalidad histórica, el conservadurismo social y económico que es la traducción moderna de los ideales del Antiguo Régimen.

Ciudadanos cometió un error histórico al dejar Barcelona por Madrid, se corresponde con una clase social de pequeños empresarios, comerciantes y autónomos que no fueron “reeducados” por la inmersión lingüística de Pujol.

Añadamos que gran parte del clero vasco y catalán es, de toda la vida, nacionalista y ello permite entender por qué en Cataluña y en el País Vasco la escuela concertada, está más valorada que en otros territorios

Según este sencillo esquema y en la inmediata carrera para aprobar los Presupuestos, la Coalición lo tiene más bien “crudo”.



Por encima de soflamas y banderines, la salud y el dinero, marcan la ruta.

España no va estar fuera del contexto europeo como lo estuvo desde 1947 a 1953. Dependemos, afortunadamente, de Europa que no va a andarse con palabras huecas y “postureo”.

Europa  es conservadora en Francia y Alemania y ultraconservadora en Vicegrado y en Rusia.

Nada va a cambiar. Todo va  seguir como está. Sánchez no podrá programar un socialismo duro, salvo en cuestiones de género, eutanasia, laicismo. Por eso necesita a Franco y paradójicamente a Pablo Iglesias porque Franco es su “padre” e Iglesias, su “progenitor.

Unos caídos, otros caerán.

viernes, 11 de septiembre de 2020

Inmersión en el negacionismo

 Artículo publica en el periódico Ideal, en septiembre de 2020

La juventud más “avanzada” del mundo, los herederos de quienes saltaban el Muro en 1989, se concentraron en Berlín. Unos cuantos miles.

Niegan en redondo que exista la pandemia y que, por tanto, los cientos de miles de muertos, las cuarentenas , las mascarillas, etc. son un montaje conspiranoico del globalismo, los grandes capitales y sus canales de transmisión, los medios audiovisuales.
El negacionismo no es un movimiento reciente sino que ha existido, incluso como una ética y una manera de entender la vida.


Puestos a negar, se ha negado casi todo: el genocidio armenio, el holocausto, el genocidio indio y la cultura hispánica del mestizaje, la existencia de Dios o la existencia de ovnis y alienígenas.
Se niega tanto lo más horrible como lo más benéfico. Habrá que preguntarse por qué.

Una pista la proporciona una filosofía escéptica, la de Pirrón de Elis que lo negaba todo: No existía ni el bien ni el mal, ni la vida ni la muerte, ni el dolor, ni el amo ni el esclavo. La razón que daba consistía en que el negacionismo metafísico era una exaltación de la propia libertad del que niega.
Una negación absoluta de toda evidencia demuestra un carácter muy fuerte, un aislamiento de toda realidad, un desprecio por todo lo que no es él mismo y una autenticidad incontestable.

Hay formas de vida negacionistas en las filosofías orientales que sumergiéndose en su conciencia pura, no sienten ni padecen. Una huida del mundo y de los hombres, causantes de las guerras y sufrimientos.
En todos estos negacionismos hay un elemento común entre otros que me parece principal: el trueque de la solidaridad por la autarquía.
La autarquía era también un ideal de Pirrón que decía no necesitar de nadie.
En ocasiones, uno se encuentra con alguno de estos negacionistas que pasan por ser grandes héroes y pensadores sufridos que son verdaderos depredadores del sistema. Con humildad fingida y su cara de víctima  y de miseria, colocan a los suyos y  así mismo bastante arriba.
El clericalismo clásico, el de nuestro siglo de Oro o el del siglo XVIII, no dejaba de ser un negacionismo interesado. En aras de una devoción fingida recargaban de rentas, de prebendas y honores, precisamente      porque decían no aspirar a ellos y no ambicionaban lo pasajero sino lo eterno.
Así nuestro célebre Duque de Lerma llevaba los asuntos de estado, para que Felipe III pudiera cazar y holgar.
Este es aquel que consiguió el capelo cardenalicio para evitar ser imputado. De él decía el pueblo: “Se vistió de colorado/para no morir ahorcado”.
El individualismo como toda pseudorreligión, tiene paradójicas concomitancias con el socialismo de género, hasta el punto que se necesitan mutuamente para sostenerse.
Si niego la evidencia patente de la distinción entre perro y perra, además de promover la extinción de su raza, exalto mi libertad individual por encima de todo.
Esa proeza épica sólo subsiste con un estado-paraguas que subsidie todos los individualismos  que suelen ser “frankesteinanos”.

La  inmensa autarquía del individuo que afirma el género y niega la especie, necesita ser víctima compadecida y por tanto muy apta para ser financiada por un estado que aspira a pulverizar la sociedad civil en millones de opciones contradictorias. Ninguna de ellas es capaz, en su conflicto íntimo, de ser autosuficiente. Necesita de un Estado piadoso.
Está el mundo entero muriéndose a chorros por una gripe maligna que afecta más a los pobres que a ricos, a ancianos que a niños.
Y salen a desmelenarse los descerebrados.


domingo, 30 de agosto de 2020

ESPAÑA EN “LEVANTÁ”


Artículo publicado en el periódico Ideal en agosto de 2020

Desde la guerra civil, hace ocho décadas, la conciencia española no se ha sentido tan postrada y desasistida.
Un análisis objetivo de las situaciones respectivas permite serenar el ánimo. En 1939, España estaba vencida, porque la victoria de los nacionales legaba un país que no tenía ni trigo para elaborar el pan: los campos destrozados por la guerra, las fábricas desmanteladas o destruidas y unos 300.000 exiliados, principalmente en Francia y Méjico y otros tantos en las cárceles a quienes se indultaba a cuentagotas.

Nada de esto, gracias a Dios, entra en nuestro listado de problemas.
Pero sentimos la postración de nuestra sociedad y de nuestras instituciones, cuya mayor miseria es la ausencia de información y la ausencia de un gobierno, rechazado por casi todos los países de la U.E. por una sola razón: no goza de la menor credibilidad.
En Alemania hay gran preocupación para asegurar que no se pierda una generación para la Educación y se han apresurado en abrir las aulas.
No se observa entre nosotros una preocupación semejante.
Obsérvese que el único gobierno socialista de la U.E. es el español, el hermano menor de Francia.
Una inercia de siglos y un abandono de décadas, ha diseñado una economía de campo y playa que depende de la ausencia o presencia de guerras o pandemias.

Los sectores que hacen potentes a Alemania o Estados Unidos están abandonados: el sector agrícola trabajando con costes por debajo de la subsistencia y en competencia con las economías sudafricanas, marroquíes y sudamericanas.
En virtud de las exigencias del globalismo, se desmantelan nuestras industrias con expectativas de translocación en el Este o en China.
El turismo ha proporcionado una prosperidad fofa, con muchos riesgos y con una creación de puestos de trabajo temporales desempeñados por investigadores y universitarios que no ven otro horizonte.
Esta situación no ha resultado por casualidad sino por algunas razones básicas cuya prioridad se cifra en la facilidad:

a)    La despreocupación por la calidad de la enseñanza
b)   La producción de licenciados, master sin  tener en cuenta la oferta del mercado laboral
c)    La obsesión por la propaganda y la ideología
d)   El abandonar Investigación y Defensa Nacional en el entendimiento de que es más barato que investiguen otros y que nos defiendan otros.

Con esta actitud cedemos a diario pedazos de nuestra soberanía.

Como el peso de estas responsabilidades y otras afines se consideran “cansadas” y difíciles, los gobiernos de la Democracia han tirado por la pendiente de la degradación de nuestras fuerzas productivas y sobre todo del desarme cultural de las futuras generaciones.
Manuel Azaña, criticaba a los regeneracionistas y sus quejas ineficaces. Les faltaba una acción política que iniciase unas reformas que siempre quedaron pendientes. La idea era buena pero quedó estéril precisamente, por falta de sentido de la realidad.

No es bueno creer que transformar el país es “darle la vuelta como un calcetín” o situar la libertad antes que la verdad (“por aquello de vaya V. a saber qué es la verdad”)
Cuando se quiere trabajar un material, en este caso un país, hay que tener en cuenta las características de ese país. Crear no es inventar sino moldear, educar, ilusionar.
Hay ciertas líneas rojas que  son líneas de fuerza que sostienen el edificio:

ü  La continuidad histórica
ü  Los valores religiosos y morales

A España le falta ilusión y le sobran ilusiones.




miércoles, 26 de agosto de 2020

La gran capitulación

 Artículo publicado en agosto de 2020 en le periódico Ideal


La rendición de Francia ante la Alemania de Hitler

Se están cumpliendo los 80 años de la capitulación de Francia ante las tropas alemanas. El Mariscal 

Petain, el héroe de Verdún, tomó sobre sí la responsabilidad y la vergüenza de aceptar las condiciones de Hitler. Se firmó en el mismo vagón de ferrocarril que había servido en 1918 para preparar la rendición alemana del Tratado de Versalles.

Inglaterra y Francia gobernadas por Chamberlain la primera y por la segunda, Daladier, llevaban años intentando pacificar a Hitler, operación que culminó en el Tratado de Munich en el que todos juraron paz eterna y lealtad irreversible.

Los alemanes habían ocupado, a pesar de tales promesas, algunos territorios en los Sudetes y aspiraban a formar un protectorado en Chekia. Se consiguió,  con gran dificultad, a pesar de la bravura de los checos. Luego, Hitler se anexionó Austria sin problemas ya que gozaba del apoyo de la población de lengua  alemana.

Las potencias, entretanto, dieron la callada por respuesta esperando que estas ventajas obtenidas por los nazis, les bastaran.

Para entender el poder del Führer y el apoyo que tuvo en Alemania y Austria, hay que recordar que Hitler llegó a la Cancillería, de la mano de Von Papen, jefe de la Democracia Cristiana alemana pues, en principio, parecía que su misión se limitaba a recuperar la economía alemana, conseguir el pleno empleo, favorecer a la familia y mantener el orden más estricto.

Victoria electoral de Hitler - Historia

Con estas promesas, se atrajo a los católicos. De hecho en los futuros regímenes como la Croacia de Ante Pavelic, la Hungría de Horthy y la misma Francia de Petain tomaron un formato similar.

La tesis del “espacio vital” era la motivación profunda de los alemanes y pronto pudo comprobarse que el Tratado de Munich sería papel mojado.

En 1939 invadió Polonia e hizo caso omiso a las peticiones de Pío XII en favor de los católicos polacos. A la vez que se aproximaba a la línea fronteriza de la URSS, en un espectacular golpe de efecto, firmó una imprevisible paz con los soviets, la paz de Molotov-Ribbentrop.

El objetivo de este pacto de los nazis con sus mayores enemigos ideológicos, era guardarse las espaldas para su ofensiva del Oeste que aspiraba a deglutir a Bélgica, Holanda y Francia y lo que era más importante, invadir Inglaterra.

 La guerra relámpago-blitzkreig- permitió en pocos días, deglutir a los Países Bajos y Francia, culminando con la ocupación de una zona en el Oeste francés hasta Hendaya y la creación de un gobierno bajo su protección, dirigido por Petain.

Los ingleses que habían enviado un Cuerpo expedicionario en ayuda de Francia, ante la capitulación lograron con muchas dificultades reembarcar  en Dunkerke a sus tropas y algunas de los “franceses libres” que lideraba el General De Gaulle. Se incluían unos miles de republicanos españoles.

La situación de Europa después de la capitulación era lastimosa y todo parecía estar pendiente de las decisiones de dos potencias totalitarias.

Probablemente, Alemania e Italia, que pronto se agregó al vencedor, aspiraban a dominar el mundo, dentro del marco del capitalismo de Estado.

Hitler  engañó a todos, incluso como escribe Churchill en sus memorias, a la Unión Soviética pues cuando le interesó invadió Rusia.

Adolf Hitler o Josef Stalin: ¿Cuál fue el dictador más sanguinario ...

De todo este teatro bélico lo que resulta más interesante es que sólo la voluntad de Winston Churchill y la unidad del pueblo británico, creyeron que era necesario seguir luchando en un momento en que la soledad de la Gran Bretaña era bien visible.

Hitler perdió la batalla de Inglaterra y entonces puso su atención en la invasión de Rusia con la idea añadida de abrirse al petróleo del Caúcaso.

No pudo entrar en Inglaterra ni en España que mediante un Tratado con Portugal, aseguraba indirectamente, su acuerdo con los aliados.

sábado, 8 de agosto de 2020

Transhumano, menos humano

 Artículo publicado en el periódico Ideal, agosto 2020

¿Por qué la gente se siente feliz con los medios técnicos y con el

mantenimiento permanente de una intensa comunicación?

Tiene que ver con la sensación de poder.

Los avances técnicos crecientes comportan como consecuencia inmediata, la reducción de las limitaciones de espacio y de tiempo.

Con un simple clic sin necesidad de moverme del sillón se puede abrir /cerrar la puerta del garaje o hacer estallar un explosivo.  

 Cuando se ambicionan cargos u honores es porque conllevan un poder que extiende  nuestra vida más allá de lo ordinario, hacia campos en donde se pueden hacer más  cosas que las que puede el hombre de la calle: hacer leyes, desarrollar planes urbanísticos, regular la vida de los demás, etc. El reconocimiento público y los honores nos certifican que somos valiosos y más valiosos que los demás, que son los que nos han reconocido.    Factores que favorecen la motivación laboral · La retribución ...

Todas esas ventajas que no tiene la mayoría de la gente, incrementan nuestro ego, la confianza en nosotros mismos y podemos mirar a los demás  “desde lo alto” (con altanería)

La sensación de poder es una forma de elevar la conciencia del vivir. Vivimos más intensamente si podemos viajar a Tailandia o a los cotos de caza de Zimbawe. En los momentos del éxtasis nuestras facultades funcionan a todo vapor. ¿Cómo no sentirse felices?

La necesidad psicológica de comunicación puede llenarse con ventaja porque esa comunicación que es más bien, un “contactar”,  carece de los compromisos de la verdadera amistad. Si alguien nos resulta pesado, se borra de la agenda  y se cambia por otro.

  Es cierto que no siempre se trata de simples “sensaciones” como ocurre con el alcohol y la droga sino que realmente la tecnología nos proporciona más poder y  por tanto más vida, más horizontes.

Todo ello con la conciencia de autonomía, de autorrealización: que  poco dinero podemos tener el mundo a la mano.

Claro que para aquellos que ocupan espacios de poder, los medios no sólo dan la sensación de tener el mundo a la mano sino que lo tienen de hecho. 

  En el mundo virtual todo es más fácil. Se eliminan las contradicciones, el esfuerzo, el sudor de la frente, etc.

Si todo este mundo de facilidad es un mundo de felicidad ¿quién puede objetar? ¿Qué puede decir la moral y la ética de esta gigantesca construcción que parece producir la felicidad de todos?

El primer intento de sacar partido teórico de la nueva situación del mundo virtual, ha dado de sí ideologías como el transhumanismo.

El transhumanismo es la conciencia de la transformación de la humanidad por la inteligencia artificial.

Transhumanismo como ideología de poder - Profesionales por el Bien ...


Casi todos presentan ese cambio radical de la humanidad como un destino inevitable.

La tecnología y la medicina son capaces de mejorar nuestro potencial cognitivo, dominar nuestros estados de ánimo,  tal vez revertir el envejecimiento y un largo etc. de posibilidades en el paraíso digital.   

  Se desprende de estos planteamientos que no estamos contentos con nosotros mismos y que la evolución de la especie la delegamos en la tecnología.

No queremos afrontar las exigencias de nuestra libertad personal porque no creemos en ella y hemos acabado en esta situación a fuerza de no ejercer nuestra libertad.

No tenemos conciencia de que podemos ser felices por nosotros mismos, entrenándonos en la virtud de hacer felices a los demás. Con clic o sin clic