domingo, 19 de febrero de 2023

El derecho al crimen

Artículo publicado en el periódico Ideal , 18 de febrero de 2023


El progreso tecnológico crea la falsa convicción de que el cambio

siempre es evolución hacia lo mejor.

El liberalismo introdujo la idea de que cuando el mercado se

desequilibra hay una “mano invisible” que la recompone. La izquierda

del presente, de la que no encuentro nombre definido, piensa

igualmente que el progreso es imparable por el poder legiferante de las

masas que es la mano invisible que cuando la reacción ocupa el poder,

acaba volviendo al orden dinámico en el que todo irá a mejor.

El caso es que en pocos meses se ha ejecutado una reforma de la

Constitución de 1978 por el procedimiento de cambiar el significado de

los términos, la intención con que los legisladores los emplearon y

cambiando las reglas del juego para la designación de los jueces que

debían garantizarlos.

Deprisa, a galope, por las bravas y con la mayoría de diputados que

representan a una minoría de electores.

Esa cascada de leyes revolucionarias, han sido elaboradas por

juristas y algunas de ellas, asombrosamente antijurídicas.

La razón de estos productos de la máquina dominante es su

concepción ética y jurídica.

Hay dos sistemas jurídicos predominantes desde el siglo XIX: el

anglosajón y el positivista liberal derivado de la Revolución Francesa.

El primero hace prevalecer la costumbre y el precedente judicial, el

segundo que es el nuestro, parte del principio de legalidad. Se da una

pirámide normativa en la que las leyes y decretos se jerarquizan por su

importancia desde la Ley de leyes que es la Constitución hasta las

leyes orgánicas, las ordinarias, los decretos, los reglamentos, etc.

Con el sistema anglosajón no se ha dado hasta hoy ningún régimen

totalitario, con el sistema que se rige por el principio de legalidad, se

han dado muchos.

Kelsen lo explicó muy bien: Los jueces se limitan a cumplir las

leyes que el Legislativo aprueba en las Cámaras y las Cámaras no

tienen ningún límite para legislar siempre dentro de la Constitución.

Si el Tribunal Constitucional interpreta la letra de la Constitución

desde el espíritu del consenso y no desde lo que dice nuestra Ley de

Leyes, entonces cualquier ley puede contener cualquier desafuero

“debidamente” interpretado.

De la noche a la mañana lo blanco significa negro y lo negro blanco.

En estas condiciones la pirámide normativa permanece inmutable

porque sean las leyes, decretos y reglamentos de cualquier color, los

jueces las aplica pundonorosamente.

Para consuelo de tontos este problema se extiende por Europa y

América. No se extiende por los países totalitarios que también

respetan la pirámide normativa cuyo contenido decide el Partido.


Es la concepción misma del Derecho lo que está en juego y la

transformación de la conciencia social sobre la que se apoya.

Del mismo modo que la Ilustración y su fervor científico

transformaron la opinión pública, en nuestro tiempo, los medios de

comunicación, las series televisivas las leyes educativas y esa

obsesión legiferante por regular los menores detalles de la vida en

nombre de la democracia, hacen posible que el derecho a la vida se

subordine al derecho a la muerte.

Si la Constitución se nutre del Derecho Natural y éste se da por

arrumbado, lo “lógico” es que se interpreten las leyes según la

voluntad política de los que las hacen.



¿Por qué un perro merece más atención que un niño? ¿Por qué los

valores de la Unión Europea se han invertido desde la Declaración de

1948? ¿Por qué se registra a los objetores de conciencia?

Si la madre embarazada no quiere a su hijo, el problema lo debiera

tener la madre, no el hijo.

Señales en el cielo

 Artículo publicado en el periódico Ideal el 12 de febrero de 2023



Las bolas de fuego, los asteroides, los cometas y otros bailarines

aparecen en torno a los personajes principales, el sol, la luna y las

estrellas.

Pero hasta esos personajes importantes que asombrarían a los

hombres desde que hay humanos, se sorprendieron al observar que

un bello globito que parecía de reciente fabricación y no de la

explosión primigenia del Big Bang, flotaba esperando a que un niño lo

tomase con su mano y se lo llevase a su cuarto de juguetes.

Es curioso que tan bonito juguete bandeaba a 18.000 pies de altura

demorando su marcha sobre un depósito de misiles en los Estados

Unidos.

Y luego apareció un segundo globito que los propietarios se

apresuraron a aclarar que es sólo de naturaleza meteorológica.

Los americanos que tiran a matar por tradición, como nosotros

corremos ante los toros, no han dejado de notar esa anomalía y han

suspendido la visita inminente del Secretario de Estado a Pekín hasta

ver si los globos son lobitos disfrazados.

La prudencia es la virtud política por excelencia, aunque para los

griegos era la amistad. A pesar de los avances tecnológicos nuestra

prudencia parece miedo cuando nos aseguramos contra todo evento y

nuestra amistad no mira al otro sino al propio ombligo.

Los ladrones, los okupas, los hackers, la vieja del visillo, todos

quieren hurtar la intimidad.

El siglo XXI es el siglo del espionaje por todas las bandas.

Espiamos los programas de los otros, las tesis doctorales, falsifican lo

último de París con marca de Pekín y queremos saber todo de todos.

Sólo quedan los confesionarios, cajas fuertes del alma, en donde

nadie oculta sus fardos y nadie vende información.

Hasta se proyectan paredes transparentes para facilitar la vida a los

que quieren ver tras los antiguos muros de sus moradas.

Kissinger opinaba en su libro sobre China que los chinos son poco

belicosos y que lo suyo son más bien los negocios y la infiltración

económica mediante todas las modalidades del “todo a 100”.

De todos modos, Taiwan está alarmado por las constantes

intrusiones del gigante asiático por antonomasia. Taiwan viene a ser

para los chinos como para nosotros Gibraltar.

Los globos meteorológicos son sombras chinescas cuya única

verdad son los juegos de manos.


El papa Francisco en su viaje apostólico 40º trata de convencer a

los pueblos más pobres de la tierra que dejen de matarse y se pongan

a lograr la paz por encima de las rencillas tribales.

¿Es posible pacificar África? El Papa no puede, pero Dios, sí. Los

países que no han padecido la Revolución Francesa no han

desarrollado el proceso social político y religioso que ha llevado al

bienestar social que tanto echamos hoy en falta.

Nos quejamos de vicio, pero lo cierto es que, salvo la creciente

inseguridad ciudadana y el avance de la suciedad en las ciudades,

tenemos menos guerras que en África donde las etnias, los clanes y

las tribus son “modelos de familia” que nuestros políticos no han

tenido en cuenta.

Los clanes de narcos, las ciento cincuenta etnias que hay en el

Campo de Gibraltar, los lobbies económicos y corporativos, los

liberados sindicales y tantos otros grupos semimafiosos, andan

sueltos sin el menor control del Estado. Hay muchas mafias, decía

uno, pero no se puede estar en todas.

Es bien sabido que los espías se espían unos a otros, pero tanta

información y contrainformación, no evita que los vagones en

Cantabria no entren por los túneles.

El testamento espiritual de Benedicto XVI

 Artículo publicado en el periódico Ideal, 24 de enero de 2023


El Papa Benedicto no era de gran estatura física pero su envergadura espiritual

permanecerá en la memoria de la Iglesia, en el tesoro de nuestra fe.

Cuando una gran personalidad se marcha, las alabanzas se acumulan con

ánimo, tal vez de sepultar al honrado y a su honra bajo espesas capas de

rutina.

En la Iglesia, por el contrario, lo que se hizo en favor de la fe que con la caridad

es el elemento de unión que nos sostiene, eso queda grabado para siempre en

el Corazón de Dios.

Un año después de ser elegido escribió un testamento espiritual,

probablemente, porque en su sencilla timidez creyó durar poco y necesitaba

dejar claro el sentido de las décadas en que sirvió a la Iglesia. Seguramente

pensaba que lo que le depararía el futuro, sería poco en comparación con su

lucha intelectual desde que convocado el Concilio Vaticano II, interviniese en él

en un combate por la fe, lleno de matices.

Su escrito que se ha revelado póstumamente, es una constante acción de

gracias a sus padres y a sus hermanos por haberle ayudado a mantenerse en

la fe y a todos aquellos, maestros y amigos que incrementaron su fidelidad.

Una sola recomendación a todos, que se mantengan fieles en la fe, frente a

toda confusión.

Parte importante de este breve escrito se refiere a su juicio sobre las ciencias

naturales y las históricas, especialmente la exégesis bíblica que mediante un

oleaje de hipótesis que se suceden unas a otras dejan en pie la solidez de la fe,

frente a las conjeturas y refutaciones, dejando en la conciencia la evidencia de

los límites de la razón.

Cuando los teólogos progresistas más brillantes entre los que se contaba el

profesor Ratzinger fundaron la revista “Concilium”, se inició una marea de

reformadores y contrarreformadores que sólo el Espíritu podía apaciguar.

Pareciera que la confusión y el conflicto hicieran bambolear la Iglesia. Con el

pretexto de volver a la simplicidad de las fuentes se quería conseguir simplificar

los sacramentos, el culto y la moral y de ahí su consecuencia: el vaciado de

seminarios, monasterios, etc.

Pronto vieron los teólogos que se ponía en tela de juicio lo esencial. Ratzinger

y los que pensaban como él, dejaron “Concilium” y se agruparon en torno a una

nueva revista teológica, “Communio” que contribuyó a la aclaración de las

ideas. Hans Küng por un lado y su amigo Ratzinger, por el lado de la fidelidad.

Por una vez, los teólogos desplazaron a las modelos de las pasarelas y parecía

que “el fuego se colaba por las rendijas de la Iglesia”, en expresión de S. Pablo

VI.

Este Papa, fue decisivo a la hora de calmar las aguas no sin gran sufrimiento

personal.

Luego aparece el huracán Woytila, venido de la filosofía y con buena mano

izquierda. Ratzinger es elevado a Cardenal y Prefecto de Propaganda fide.


La obra más importante en este momento fue la elaboración del Catecismo de

la Iglesia Católica que llenó el vacío que había dejado el posconcilio. Un

monumento intelectual de referencia.

Benedicto XVI, un intelectual puro, sólo sabía pensar, hablar y escribir, no

afrontar las catástrofes políticas.

Aun así, lo vimos en Cuatro Vientos en la JMJ aguantando con dos millones de

jóvenes una tormenta que estuvo a punto de volar la Plataforma. “Si ellos

aguantan –dijo - yo también”.

Problemas de pederastia, de poca claridad en las finanzas, de las habituales

ocurrencias de los obispos alemanes. Muchos problemas que un gigante como

Wojtyla se echó a la espalda, pero él no.

Su deseo dejó paso a la humildad y con gran resolución, renunció al papado

convencido de su pronta muerte.

Aun le quedaron casi diez años de luz.

Populismo sin representación

 Artículo publicado en el periódico Ideal, 13 de enero de 2023


Entiendo por populismo aquel modo de estar en política en donde los

representantes legítimos del pueblo, según la Constitución vigente,

fundamentan su legitimidad, no en el poder de su representación sino en una

vaga referencia al “pueblo” en general o a conceptos vagos como el de

“mayoría social”, “pueblo”, u otras semejantes.

Se da entonces la circunstancia que los representantes no representan a la

nación española como dice la Constitución ni siquiera a quienes los eligieron

sino a “un fantasma” que no está en ninguna ley o en la misma Constitución.

Esta entidad, “la mayoría social”, o la menos empleada, hoy, la de “pueblo”, es

invisible porque no forma parte de los mecanismos constitucionales.

Puede ocurrir, además, que una minoría cuyo rasgo esencial es su

constitucionalidad, se suma a otra minoría inconstitucional para alcanzar así

una mayoría gobernante.

En este caso la voluntad de los electores queda defraudada por sus

representantes pues éstos fueron elegidos sí y sólo sí, mantenían su

constitucionalidad y no la ponían en peligro de desaparición.

Se crea la ficción de que los partidos independentistas se comportan como

pragmáticamente constitucionales mientras que sus fines específicos son

totalmente inconstitucionales.

La minoría gobernante se suma a estos partidos y a otros aún más

inconstitucionales para formar una mayoría cuya naturaleza misma es sólida e

inexpugnable.

Es inexpugnable porque la Coalición de incompatibles se mantienen unidos

porque su unidad permite a la minoría gobernante seguir gobernando siempre

que su legislación sea no la de su propio programa sino la del programa de los

inconstitucionales, sean de cualquier color.

Se da pues un fraude de la voluntad popular, en términos constitucionales,

tanto en la forma, puesto que un partido que gobierna con partidos minoritarios

evidentemente inconstitucionales, y que determinan una legislación

inconstitucional, es a su vez, inconstitucional.

Además, se quebranta en el fondo la Constitución misma con unas leyes

elaboradas según el criterio de los no constitucionales.

La moción de censura que abrió la puerta a este fraude, debía y podía haber

sido recurrida ante el TC. Precisamente por ello, el Ejecutivo, cambia las reglas

de la mayoría y cambia a los magistrados para que puedan garantizar en lo

futuro esa “olla de gitanos”.

Si pasamos a ejemplificar cómo el populismo pugna por transformar la

democracia en demagogia, tenemos dos casos de presunto fraude electoral en

Estados Unidos y Brasil.

En el caso del asalto al Capitolio, el presunto fraude legitima a los asaltantes a

intentar un golpe que devuelva la democracia a su estado original.

Se pasa por encima de elecciones y del Congreso para restablecer por la

violencia el orden constitucional.

En el caso de Brasil, el argumento es el mismo.


Cabe la posibilidad de que aquella Coalición se perpetúe en el Poder pues las

circunstancias pueden repetirse.

La minoría socialista aun perdiendo las elecciones seguiría en el Gobierno

pues el tira y afloja de los integrantes de la Coalición es muy cómodo: Yo

legislo lo que tú quieras con tal de que me des tu apoyo en el Parlamento. Los

anticonstitucionales mantendrán su reflexión ¿Qué otro Gobierno nos será más

favorable que éste?

Esa alianza de hierro tendría dos fisuras por el lado anarco-comunista y por el

lado de Junts x Sí.

Ambas fisuras son improbables porque el aplazamiento escatológico del

referéndum, permite mantener izada la bandera, esperando mejor ocasión.

En cuanto a Podemos saben que sin Sánchez no son nada y con él, son

instrumentos, la cobertura roja del comodín rosa.

De esta suerte se da la genial invención como, de dos Nada, suman un

Gobierno.

La esencia del populismo es eludir el consenso y la esencia del consenso no

burlar la Constitución.


La reacción contra la verdad

 Artículo publicado en el periódico Ideal, el 9 de enero de 2023


El término más utilizado para definir la actual situación, es la de

“incertidumbre”. En términos informáticos significa falta de

información a la que se suma la creciente desinformación.

Es difícil llegar a las fuentes de información dignas de crédito

porque la información tiende a generar una concepción del mundo

actual y es más fácil inventar la realidad que comunicarla.

Los frentes en los que los problemas amenazan con estallar son

múltiples y están cerca de cada ciudadano en el precio de la luz, de

la compra o en los despidos masivos. La microeconomía familiar

está bien informada por recibos y facturas, la incertidumbre está en

la metafísica del embrollo, en las causas últimas del mismo.

Parece evidente que desde la pandemia y la guerra se están

haciendo grandes fortunas tanto en el acaparamiento y la

especulación como en la venta de armas.

El hecho de que las empresas energéticas o las grandes

plataformas digitales manejen cifras de decenas de miles de

millones, cuando el nivel de pobreza de una gran parte de la

población crece a ojos vista, permite entender que salten los

titulares que magnifiquen la pederastia en el episcopado francés o

el independentismo catalán, el cambio climático y como el nivel del

mar crecen por el deshielo de los glaciares que en realidad debiera

significar que tenemos más agua a nuestra disposición.

Como inventar la verdad es más fácil que decirla, el papel del

periodismo de investigación que hace reventar la podredumbre que

aflora en muchos puntos del planeta, cobra la importancia tal como

expresa el número de periodistas asesinados, allí donde la verdad

es más necesaria.

Para evitar redundancias no vamos a enumerar los países en que

los informadores caen día tras día mientras los gobiernos miran

hacia otra parte.

Cuando algún creativo propone establecer un Ministerio de la

Verdad, tiemblan las carnes como cuando hay países que mantienen

una “policía de la moral”.

El hecho mismo de llamar a la mentira con el pomposo nombre de

“posverdad” indica claramente que no se quiere llamar a las cosas

por su nombre.

El término “posverdad” lleva el sello de las ideologías del progreso

indefinido. Al decir “posverdad” insertamos la mentira en la línea

histórica en la que con más o menos zigzag, cada momento mejora

el anterior. La “posverdad” es la superación de la verdad por

elevación.

Por ese procedimiento, los partidarios de la verdad, son

reaccionarios y los practicantes de la “posverdad”, revolucionarios.

Es lo mismo que decir, en una perspectiva adolescente que los

revolucionarios son los “guay”, los “buenos”.

Antonio Gramsci, de la serie de intelectuales comunistas italianos

de gran calibre intelectual, hizo más por el comunismo que

terroristas que prefieren las bombas a la inteligencia. Su idea del

intelectual “orgánico” en un contexto más leninista que estalinista,

pensaba que la lucha de clases era, siguiendo a Maquiavelo, una

cuestión de cabeza más que de pies.

Afortunadamente las mentiras no tienen la última palabra de la

historia y no la pueden tener porque ellas son lo que no hay, no

pueden prevalecer sobre lo que hay.

Es bueno advertir que la verdad es más del corazón que de la

retórica, mientras que el engaño anda por el extrarradio, por el

mundo de las contingencias políticas o las ficciones teatrales.

Los galgos ladran, cada vez más lejos pero el corazón no se inmuta.