domingo, 22 de abril de 2018

El proceso programado y el efecto mariposa

Artículo publicado por el periódico Ideal de Granada, 22 de abril de 2018


Rusia  parece moverse en torno al icono de la Santa Rusia y Turquía,   por lo menos, en sus ideales imposibles, sueña con el Imperio otomano, lo que históricamente los hizo enemigos naturales pero que, ahora mismo, los convierte en aliados junto a Irán y Siria, frente la gran coalición liderada por USA y la Arabia Saudí. ¿Qué harán las bases turcas de la NATO enfilando sus misiles hacia Crimea?
Dada la violencia de esta guerra de exterminio mediante testaferros, cabe replantear los conceptos de evolución histórica y su relación con las revoluciones y los golpes de estado.
Todo golpe de estado - no un simple amotinamiento - conlleva virtualmente una revolución y ésta distorsiona los parámetros de todo el contexto mundial en una época de globalización. Es el efecto mariposa en geopolítica.
Una bravata puede ser un calentamiento puntual o no. Si Corea del Norte traspasa siquiera sea retóricamente los límites, toda la zona: Corea del Sur, Japón y Filipinas, tiemblan. Como la opción de todo o nada es la peor de las opciones, entra en juego China, la potencia hegemónica y Kim, enmudece en pocas horas.
Estados Unidos anuncia un “simple traslado” de la sede  de su embajada en Israel. En otro contexto, una nadería. Desde ese puntual anuncio, empiezan a morir palestinos en mayor número que de costumbre. Ni Arabia Saudí y Egipto, se atreven a protestar  porque la contradicción principal cuyos últimos referentes son USA y la Santa Rusia, marcan los tiempos y las pautas de comportamiento de sus testaferros.

Ciento y un año después de la Revolución rusa, la situación mundial ha evolucionado tanto que una revolución social armada o no, de gran alcance, una alta traición con pelos y señales  tampoco es factible. Todo depende de los que diseñan el eje global de coordenadas.
¿Qué es hoy una revolución o un golpe de estado? Un continuo “amagar”, un hacer como si, meramente simbólico. Si el amago avanza y los más poderosos ceden, el símbolo se convierte en aquello que simboliza: un estado real.
Es el método que utilizó Rusia en el Este de Ucrania, lo que trabajó Eslovenia para independizarse de la antigua Yugoeslavia.
La revolución como corte o ruptura de la continuidad, deja paso al proceso revolucionario de largo recorrido y en donde los frentes se estabilizan y la victoria sonreirá al que más aguante.
Los grandes iconos: el zar, el califato, el Imperio, la Doctrina Monroe, “América para los americanos”, están ahí pero el icono se administra en dosis políticamente correctas según convenga.
El Cristianismo, materialmente hablando ya no existe. Los cristianos,, naturalmente perseguidos, son lo que existen. Una minoría descartada, como el polvillo que resta cuando se pulen los diamantes, polvo de estrellas teñidas  de sangre.
Todo muy meditado, muy atado y bien atado, donde las máscaras funcionan de manera impensable.
Si tú pareces lo que no eres, yo negocio contigo porque también soy lo que no parezco. La etapa de la acción directa se da en casos raros y extremos como en Venezuela, un golpe de Estado desde el mismo estado a la antigua usanza. Un método que en tono menor, empleó Endorgan en Turquía. También es frecuente, desgraciadamente, en países centroafricanos.
¿Quis prodest? ¿A quién beneficia? La pequeña mariposa mueve su ala   pudorosamente, como una comedida damisela inglesa del siglo XIX,  y la Unión Europea salta en cien pedazos.
Una Europa pulverizada es un panorama motivador, justo para quienes son las cabezas pensantes que tras sus testaferros, aspiran a ampliar sus áreas de influencia.
¿Aislacionismo? ¿Proteccionismo? Retirarán las tropas para buscarles mejor destino. Quizá para fortalecer las fronteras del Este de Europa que se estremecen porque la Europa de la que forman parte depende de la contribución determinante de los Estados Unidos. De modo semejante la NATO desde sus bases en Turquía, apoyaría la política rusa en el Cáucaso, apuntalando las autonomías rusas frente a los países musulmanes donde anidan.
El mundo al revés.
Cuando el rey de Marruecos sufre una ligera arritmia y se pone en manos de los especialistas franceses, Rajoy está en Argelia a tratar del gas pero sobre todo, del terrorismo que está amenazando en el Magreb, en Mali, donde estamos entrenando las tropas.

El monarca alauita se ha divorciado de su mujer, le ha dado un vuelco el corazón. El americano “aislacionista” le respalda porque si cae Marruecos, pasamos a mayores.
Francisco nos va a hablar de la llamada universal a la santidad en el mundo contemporáneo, en este mundo laberíntico y endiablado. Nadie espera cambios espectaculares porque hacer que caigan las máscaras, es cuestión de mojarse y de paciencia.
El gran tema es el del perdón. Hablas con unos y otros y todos se quieren mucho a sí mismos, se autovaloran muy alto. Pocos admiten que lo han hecho mal y muy mal.
Para perdonar hay que ser perdonado y para conseguirlo, hay que hacer tabula rasa del pasado, de lo más oscuro y empezar de nuevo sin instalarse en la autocomplacencia
Porque Francisco dirá sin duda que el mundo es bueno y que los hombres son buenos pero sólo si son perdonados si reconocen errores y maldades.
Entonces tendrá sentido reconstruir la civilización occidental. O lo que sea.

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