Artículo publicado por el periódico Ideal de Granada el 12 de junio de 2018
El mejor ejemplo de complejidad es la previsión del tiempo
que con los datos del Meteosat y los cálculos estadísticos, nos anticipan el
tiempo a corto plazo. Con tantos medios técnicos y tanto análisis es difícil
equivocarse porque literalmente como se dice “las ves venir”.
Se llama “complejo” en física aquel objeto de investigación
que tiene muchas variables y obliga a manejar matemáticas de grandes números.
Gracias a las computadoras se facilitan cálculos, antes imposibles.
En la vida corriente y en la política, decimos que estamos
ante situaciones muy complejas. Esta expresión tiene dos sentidos, uno cuando
decimos de un problema que no entendemos que es muy “complejo”. Con esa
expresión por un lado nos hacemos los listos porque hace falta ser muy listo,
para tratar de asuntos complejos y por otro, justificamos que no sabemos resolverlos.
La exégesis bíblica ha seguido el modelo de los idealistas
alemanes, la mayor parte de ellos teólogos protestantes y del renovador de la
crítica liberal de las Escrituras, Schleiermacher.
A partir de aquí nace la interpretación materialista de
Carlos Marx. Como se ve entre religión, historia y política hay estrechos
lazos, bastante inevitables, si pensamos que el ser humano es un centro en
donde converge esas actividades y otras muchas.
La información, las computadoras y la estadística se puede
aplicar para anticipar tendencias en la economía, la política, etc.

Muy compleja es la política porque la hacen personas de
carne y hueso que nos decimos libres y
autosuficientes y algo de eso somos pero en pequeñito. Las urnas son
responsables de que nos lo creamos. Creemos que contando los votos, ya tenemos
la verdad.
Los votos se cuentan por millones, o sea son grandes números
y sólo nos dan cuenta de un proceso muy complejo que ha llevado a unos a poder
ser candidatos y a otros a poder votar con un montón de mediaciones como la
propaganda, los medios, las falsas noticias, los intereses del capital y un
largo etcétera.
Sin embargo cogemos una papeleta, nada por delante. nada por
detrás, la libertad humana al desnudo.
Después de tanto pensamiento y exégesis, aparece un caballero que como Apolo emerge de las
aguas sin padre ni madre ni genealogía. Sólo con el tesón de su pura voluntad.
Se puede añadir y un buena cantidad de contingencias favorables. Y “arma un pollo”.
Pero ¿Quién supo verlas?
Pedro Sánchez ha conseguido un imposible y en lógica se
llama imposible a lo contradictorio. “Sí. Se puede” y los que claman así, saben que lo que se ha podido es liar todas
las contradicciones. En lógica, también lo contradictorio es lo imposible y uno
y otro, no pueden existir en la realidad.
Precisamente en la complejidad, todas las variables son
contingentes, menos una: la que dirige los acontecimientos hacia adelante.
La gente que, para su
felicidad, no han entrado nunca en esto que se llama la dialéctica de la
historia, hablarán de conspiración, fraude, plan premeditado.
No es eso sino una fe ciega en que en la medida en que las
contradicciones son más extremas, la historia avanza.
Sólo hay un problema.
Esto sólo puede funcionar retrospectivamente.
Cuando el resultado ha sido positivo para los que así lo
esperaban, se mira hacia atrás y se hace el análisis que siempre tiene efectos
retroactivos.
Ahora miremos hacia adelante, en donde la historia crea un
vacío, llamado “mañana”.
Ahí no hay nada. Todo está por hacer. Habrá que encajar las
contradicciones y eso depende de aquellos que las emplearon con un solo fin.
Una vez conseguido, resuelta la contradicción, Pedro Sánchez tendrá que
gobernar.
¿Cómo gobernar las contradicciones, una vez resueltas en la
persona del nuevo inquilino de la Moncloa?
Visto así con normalidad siguiendo aquella definición
clásica de economía: “satisfaciendo necesidades ilimitadas con recursos
limitados, añadiendo según criterios de justicia, pero eso es muy normal, poco
complejo.
La rueda no puede pararse sin caer de la bicicleta. Lo
primero es facturar una imagen
convincente para la mayoría.
Para que el ciclo se mantenga en pie y siga adelante, hay
que seguir dando vueltas: incrementando las contradicciones selectivamente. El
conflicto centro-periferia, no se puede tocar porque es el alma de esta
dinámica.
El conflicto presupuesto-demanda social, lo mismo. Igual
ocurre con el conflicto sistema-antisistema.
El que nunca falla y que forma parte del patrimonio
histórico de España: la confesionalidad del Estado. Es el más barato.
El catolicismo en Europa retrocede. En la medida que lo hace,
retrocede la socialdemocracia. No creo que se tropiece en un tema tan sensible,
estando abierto el camino hacia unas elecciones.
Puede haber gestos, guiños y desplantes. Los ha habido desde
el primer momento. Pasar de largo, como obsoleto, del ápice.
Parece que son cosas menores. Tampoco es una minucia pasar
de largo ante unas elecciones en un momento muy delicado.
En democracia, la representación es el todo. Hay sufragio
universal, hay votaciones parlamentarias pero votar por coaliciones es una
novedad, legal pero deja perplejo a los
futuros electores.
¿A cuál de las coaliciones posibles quiero votar? Porque
esto no está en la papeleta.
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