viernes, 26 de agosto de 2022

Globalización y Comunicación

 Artículo publicado en el periódico Ideal, agosto 2022


Interpretar lo que está pasando requiere saltar de lo inmediato y particular, de lo provinciano y nacional al contexto mundial.

Son muchas las perspectivas y es conveniente distinguir las causas de los efectos.

Los datos más relevantes nos remiten al 11 S, al Oriente Medio, a la crisis financiera del 2008, a la pandemia, desembocando tal eslabonamiento de sucesos en una muy probable recesión mundial con sus secuelas de paro, inflación y guerra.



La lectura diaria de noticias no permite grandes vaticinios ni anticipar soluciones desde nuestro modesto nivel. Tanto más cuando los Gobiernos de todo el mundo vacilan en un mar de incertidumbres.

Uno puede estar preocupado ante un examen o un diagnóstico, pero la incertidumbre global se parece mucho a un ataque de pánico en donde lo que se teme no es nada concreto sino todo en general.

Las nuevas cepas ómicron, azotan China que con su drástica política de tolerancia cero, ha confinado a macrociudades como Shanghái y Pekín con docenas de millones de habitantes. Su economía, específicamente por esta causa, está decreciendo de modo alarmante.

Algo muy parecido ocurre en Estados Unidos donde la inflación y el paro son simultáneos a la crisis política interna.

Europa tiembla pensando en el frío que llega del Este y los países árabes necesitan con ansiedad el gramo que les llegaría de Rusia y Ucrania.

Ante este panorama no querría tentar la salud mental del lector sino subrayar algunos puntos que permitan encarar la situación con serenidad.

 

1. La globalización es un efecto directo del incremento vertiginoso de las comunicaciones, al uso masivo de Internet, al aumento de las relaciones comerciales y al turismo. Lo hemos querido así no fue inevitable, no es un destino.

 

2. Ese contexto nos hace corresponsables, solidarios, en el sentido de que, según el efecto mariposa, si alguien tose en Crimea o en la central nuclear de Zaporiyia, nadie se va a librar de los efectos, tanto de los negativos como de los positivos.

 

3.El dinero líquido está desapareciendo, una derivada de la existencia de Internet, sujeto además a la devaluación, quedando pocos lugares de refugio para el ahorro individual.

 

4. La característica común de estas situaciones es que aparecen como imprevistos, e imprevisibles con lo que la política de los estados, va dando palos de ciego.

¿Cómo Vds. y yo mismo podemos afrontar este estado global de contradicciones?

 


En primer lugar, con humildad. No podemos hacer nada ni individual ni institucionalmente. Cada célula social, la familia, los individuos deben cuidar de su propio ámbito y tras asegurar lo propio, ayudar a los cercanos a hacer lo mismo.

No es sensato preocuparse del mundo mundial y abandonar el mundo familiar y cercano.

Como el Destino sólo existe para el que se lo cree, resulta más funcional creer en la Providencia, porque el Destino es fuente de incertidumbre y resignación y la Providencia fuente de esperanza y de alegría.

Apostemos con Pascal:

 

Si no tienes fe, obra y piensa como si creyeras y ganarás las ventajas del creyente.

Entre ellas se cuenta la esperanza. Nosotros no podemos salir del hoyo que nosotros mismos hemos construido.  Dios, sin embargo, nos cuida como padre y hermano. Siendo Omnipotente, no podemos tener miedo.

 

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