domingo, 19 de noviembre de 2017

Debilidad

Artículo publicado en Noviembre de 2017 en el periódico Ideal

Los nacionalistas moderados ocupan los cargos representativos en el actual proceso independentista. Sus decisiones están mediadas por las exigencias de la CUP que son y han sido siempre “sin patria”. La cabecera de la burguesía catalana, necesiten el apoyo de quienes echaron a perder la II República.
Es fácil deducir que se trata de  un pacto coyuntural
Lo que Marx  denominaba, “lumpen proletariado” y que, hoy como ayer, no cuentan socialmente, son los indigentes y mendigos, los refugiados e inmigrantes sin papeles.
   Aunque el último escalón social es ocupado por ellos, su representatividad es nula, son invisibles. Lo único que esperan es adquirir un trabajo en lo que sea.
Pero en la jerarquía sociopolítica plenamente representativa, el lugar más bajo de la sociedad lo representa simbólicamente, Podemos.
Mediáticamente y en las universidades ocupa Podemos  un lugar  privilegiado. Esta confederación de mareas-por ahora-  está formada por dos segmentos fundamentales: los “ni-ni” y los trabajadores precarios y mal pagados y los que no alcanzan al aprobado para poder solicitar beca.
Dada la política de nivelación de la enseñanza en los últimos decenios, gran número de sus componentes son universitarios, licenciados y profesores interinos de todas las escalas. Sumemos los investigadores, algunos brillantes, que difícilmente llegan a “mileuristas”.
La igualación por abajo, ha llegado a una degradación del nivel de calidad que reflejan las encuestas. Basta comparar el trabajado y brillante discurso de Rajoy en el Senado, con cualquier otro de la misma sesión.

En resumen la, en otro tiempo, clase trabajadora y revolucionaria no son ahora mendigos sino que tienen móvil y tarjeta de crédito.
En algunos aspectos, la CUP puede asimilarse a Podemos. Existe sin embargo una distinción de concepción política. Siendo ambos asamblearios, en Podemos se transparenta el marxismo-leninismo,
de manual con tendencia al dogmatismo y por tanto a un neo comunismo. La CUP es el anarquismo de raza, radical que es un producto social genuino de Cataluña.
En la sesión del pasado martes en el Parlament, la percepción subjetiva que se podía captar era de mesura aunque muy rica en contenidos y “argumentarios”, de los representantes   constitucionalistas. Tampoco Podemos y la CUP se excedieron ya que eran conscientes de que estaban desnudos ante los mass media comunicación de todo el mundo.
Hay que reconocer que la sesión en un asunto capital, reflejaba una fuerte “vis cómica”- No sólo porque el President suspendió lo que no había proclamado sino que además la CUP forzó  a los diputados independentistas a firmar-quieras que no- una Declaración de independencia sin votación previa y con caras largas-
Esa comicidad que todos los comentadores han detectado no es una burla el Estado sino más bien, en la línea de un “quiero y no puedo”.

Esta percepción, tal vez no acertada, nos hace pensar en un sentimiento de profunda debilidad del proceso de independencia.
Dejando en suspenso las medidas extremas que puede emplear legítimamente el Estado, permitan que les confiese que una independencia sobre el papel y que ni cuente con una  hacienda propia-ya controlada por España- tuene un problema en la economía familiar de los responsables. La dudosa posibilidad de cobrar la nómina del presente mes.
Es muy simple la solución o a mí me lo parece:, la Deuda pública catalana que sólo tiene  como fiador, al Estado español, la fuga de empresas, la evidente minoría del Governy otros muchos déficits que todos conocen, hacen pensar en la cantidad de inteligencia, habilidades imaginación que se han agotado en una tarea imposible.
¿Cómo cabe pensar que tanto talento haya saltado por encima de la realidad fáctica hacia un romántico paraíso en la tierra?
No se duda de los nobles sentimientos que embargan a muchos nacionalistas pero ¿No meditaron en los graves daños, tal vez irreversibles- a la cohesión social de una sociedad dividida en buenos y malos, leales y traidores?
En la comparecencia de Mariano Rajoy, este miércoles queda manifiesto el talante gallego del Presidente y la difícil situación en la que colocado a Puigdemont.
¿Ha declarado V. la independencia o no?
Entre personas adultas es inconcebible este tipo de esgrima florentino.
Sólo se explica si ambas partes están entre la espada y la pared. Puigdemont tiene la amenaza de la CUP, Rajoy la voz de la mayoría de la población, de la patronal  y de las cancillerías europeas que le piden una solución inmediata.
Si atendemos al contexto mundial, el momento escogido por el President para amagar una declaración de independencia es la de un presunto resquebrajamiento de la UE y una generalización de los gobiernos hacia el centro-derecha o la extrema derecha. Todo ello en un ambiente de crisis económica en que las economías particulares están bajo mínimos. Tal vez en el imaginario del
Independentismo se contempla un salida a la griega. Alternativa que tendría el voto incondicional de Podemos y la CUP.
Rajoy por primera vez a  mencionado el artículo 155 de la Constitución que supone la sus pensión de la autonomía siguiendo la tesis de Rivera. A la vez Pedro Sánchez no ha tenido más remedio que integrarse en el bloque constitucionalista presionado por sus barones y por la naturaleza de las cosas.
Esta inversión de la situación desde “todos contra Rajoy” a “todos con Rajoy” indica muy bien la naturaleza de la política. Ante la necesidad, los deseos y ambiciones personales abren paso a la coalición.
A un precio interesante: La reforma de la Constitución y la puesta en marcha del artículo 155.

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